El infectólogo Rafael Caputi contó en Atlántico en Noticias cómo Guayaquil tomó conciencia de la pandemia del Covid-19 y le empezó a ganar la batalla después de que su sistema de salud colapsó y sus ciudadanos estaban muriendo en las calles.

La ciudad ecuatoriana fue golpeada extremadamente duro por el virus, entre marzo y abril. Sin embargo, la contención empezó a tener resultados.

"El Gobierno reaccionó ante la epidemia tan terrible, la cantidad de muertos y la necesidad de más camas hospitalarias. La Alcaldía de Guayaquil tomó un papel muy protagónico, en colocar carpas, hicieron brigadas, testear a la mayoría de personas, centros de atención, estadios adecuados con camas, con oxígenos, para de alguna manera dejar de saturar los hospitales", explicó el infectólogo.

Caputi señaló que se creó un comité de emergencia de crisis de la empresa privada, el cual ayudó mucho a la ciudad a traer insumos y medicinas.

También, se formaron fundaciones para salvar vidas y estas también entregaron insumos y respiradores a hospitales privados y públicos.

"Se hizo una campaña muy intensa de quedarse en casa, si no es necesario, de que se debe respetar la cuarentena y las personas en las zonas marginales, que necesitaban salir, se les dio beneficio para evitar sus salidas", puntualizó.

"Tenemos alrededor de 20 o 21 días que no registramos muertos", añadió.

Por otro lado, los médicos en Guayaquil empezaron a usar la hidroxicloroquina

"La hidroxicloroquina la utilizamos muchísimo en marzo y abril, y vimos que muchos pacientes  evolucionaron, es una medicina totalmente cuestionable, pero Europa lo sigue utilizando. Es una droga que al inicio te disminuye la carga viral. Cuando el paciente está muy grave y hospitalizado, ya no sirve", explicó Rafael Caputi.

Añadió que los médicos e infectólogos lo que pudieron observar en Guayaquil, es que los pacientes que le daban hidroxicloroquina prematuramente, tenían una mejoría mucho más rápida, la progresión de la enfermedad disminuía.

Por otro lado, el especialista en salud aseguró que el testeo de muestras es fundamental, pues con pruebas rápidas y brigadas, geolocalizaron los focos de contagio y aislaron a esa gente. "Fue una ayuda importantísima para disminuir los contagios", enfatizó.

"Aquí todo el mundo anda con tapabocas, yo creo que la indisciplina si pegó, por eso se hizo una campaña masiva de distanciamiento físico, lavado de manos y usar tapabocas, los tres puntos más importantes", contó.

"Se mandaban mensajes al celular, explicando que no salgan de casa y que atendieran las recomendaciones", agregó.

Caputi explicó que al principio de la llegada de la pandemia a Guayaquil, nadie hizo caso, se hicieron eventos y esto llevó a la tragedia de tantos muertos.

En mayo, aseguró que cada paciente infectada a cinco personas y ese índice ya bajó, por lo que tienen una disminución significativa de pacientes con dificultades respiratorias y 70 por ciento de camas disponibles. De hecho, ahora están atendiendo a pacientes de otras poblaciones.

Hoy, Guayaquil, ese encuentra en estado de emergencia amarillo y en dos semanas estarán en verde.

El caso de esta ciudad demuestra que sí la ciudadanía toma conciencia y los gobiernos intensifican su pedagogía y acciones restrictivas, se le puede ganar la batalla al Covid-19.